Gente Maja

jueves, 22 de diciembre de 2011

La bella y la bestia (Beauty and the beast, 1991)




Estas son fechas muy de niños, alegres y al tiempo nostálgicas. Es por ello por lo que hoy he decidido escribir sobre una de las películas más bonitas que ha pasado por delante mis ojos, aunque quizá esto sea porque es la primera que recuerdo haber visto.

Resulta curioso que en este nuestro blog no hayamos (que recuerde) dedicado una entrada a Disney, otro de los grandes estudios de Hollywood durante la época dorada del cine en Estados Unidos. También es cierto que este es blog de cine clásico, y la película que hoy nos ocupa tiene 20 años, pero... ¿no es todo un clásico del cine para niños (y no tanto)?





¿Quién iba a ser capaz de amar a una bestia?


Bella, una joven muy hermosa y que le apasiona la lectura se aloja en un lúgubre castillo a cambio de obtener la libertad de su padre, prisionero de una horrible y cruel bestia. Aunque en realidad es un bello y apuesto príncipe preso de una maldición. Para romper el hechizo, deberá hacer que la joven se enamore de él antes de que caiga el último pétalo de una rosa encantada.







Dirigida por Gary Trouslade y Kirk Wise y con guión de Linda Woolverton, la historia está basada en un cuento popular centro-europeo que contó con varias versiones durante el S.XVIII (remontándose la primera un siglo antes), siendo la de la escritora Jeanne-Marie Leprince de Beaumont la más popular, y precisamente fue esta la que cogieron los de Disney para adaptarla y hacer la película.

Hay claras diferencias entre la versión del estudio cinematográfico y las de la autora francesa, entre las más destacadas nos encontramos:

- que mientras en el cuento francés Bella tiene otras dos hermanas caprichosas y egoístas, siendo ella humilde y bondadosa, en los dibujos animados es hija única;

- otra diferencia la encontramos en el padre, pues Disney nos lo representa como un científico-inventor un poco loco, y en el cuento es un rico mercader.

- Pero la diferencia más notable la encontramos en la rosa: en la versión de Jeanne-Marie Leprince Beaumont se nos narra que un día llega a la ciudad un barco cargado de ricas mercancías por lo que se arma un gran alboroto, sin embargo la realidad es que prácticamente no lleva nada. Decepcionadas ante la noticia de quedarse sin joyas y demás alhajas, el padre de Bella se embarca en un largo viaje para traerle a sus hijas mayores valiosas piezas y gemas y a bella una simple rosa, que es lo único que quiere. Pero cuando ya se hace a la mar, una terrible tormenta hace que tenga que refugiarse en un castillo, donde, pasada la noche, se despierta con un lujoso traje a su lado. Cuando se dirige a la salida del castillo ve un jardín lleno de rosales y se acuerda de su hija Bella y el regalo que quería, por lo que corta la más bonita de todo el jardín... cuando de pronto una terrible y temible bestia aparece y le reprocha que a cambio de su hospitalidad, él se ha atrevido a robarle una flor, por lo que se dispone a darle muerte. En ese instante el pobre mercader suplica poder ver a sus hijas por última vez, petición que la bestia acepta, pero con la condición de que una de sus hijas ocupe su lugar.

- La transformación de la Bestia en príncipe es también muy diferente, pero no os la contaré, aunque es mucho más bonita la del cuento que la versión de Disney.





La bella y la bestia supuso para Disney su renacimiento definitivo (aunque a decir verdad comenzó dos años atrás con La sirenita) y fue la primera película de animación nominada al Oscar a la Mejor película (la categoría de Oscar a la mejor película de animación aún no existía) y se alzó con otros dos: mejor canción original (para la canción Bella y bestia son) y banda sonora original (ideadas por Howard Ashman y Alan Menken, los mismos que La sirenita). Además, otras dos canciones más estuvieron nominadas en la categoría de mejor canción original y en la categoría de mejor sonido. Por otra parte, la película ganó el Globo de Oro a la mejor película en la categoría de comedia o musical.





Durante las décadas de las 30 y los 40, el estudio de Walt Disney quisó hacer una adaptación de este cuento de tradición europea, sobre todo tras el éxito de Blancanieves y los siete enanitos, sin embargo cuando en 1946, Jean Cocteau llevó a la gran pantalla su versión de la historia, decidieron retirarse y aplazar el proyecto. Y vaya que si lo demoraron... pues no fue hasta 1988, y tras el éxito de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? cuando se decidieron a desempolvar el proyecto del casillero.

El proceso de producción de la película fue altamente laborioso, pues hasta tres años se precisaron para terminar el film: requirió el trabajo de más de 600 animadores que hicieron más de 226 mil dibujos pintados de forma individual y 14 diseñadores de arte que idearon más de 1300 fondos; se requirió también la presencia de otros tantos técnicos para los efectos por ordenador, muy novedosos para la época. Además, todos ellos asistieron a clases de vals para que los movimientos de los protagonistas fuesen más reales en la escena del baile.

Es importantísimo destacar que es la primera película Disney con guión, pues en las cintas anteriores se trabajaba a partir de story boards.




Curiosidades:

- La película se proyectó por primera vez en septiembre de 1991 durante el Festival de Cine de Nueva York, aún sin terminar del todo, lo que no impidió que el público le dedicase una gran ovación. Casi un año después, se proyectaría en el Festival de Cine de Cannes;
- Se estrenó el 13 de noviembre en Estados Unidos y tras su estreno en el resto del mundo, consiguió recaudar 403 millones de dólares en taquilla;
- En la versión china de la película, Jackie Chan pone la voz a Bella;
- Howard Ashman, compositor de la BSO, murió por complicaciones acarreadas por el SIDA meses antes de estrenarse. A él se le dedicó la película.





Corazones, no quisiera despedirme sin ofreceros mis más sinceros deseos de que paséis una muy feliz Navidad y tengáis un maravilloso 2012.



Muchos besos a to@s.

martes, 13 de diciembre de 2011

La Mala Semilla (The Bad Seed) 1956



Creo que rara vez me he saltado mi particular norma de hablar en el blog sólo de películas que me hayan gustado para, básicamente, no perder el tiempo yo y no hacérselo perder a nadie. 

Con "La Mala Semilla" de Mervyn LeRoy no sabía muy bien que hacer pues, aunque la película me ha parecido irrisoria, la idea en torno a la que gira la película me pareció muy buena y original: psicópatas infantiles. Y con ella las preguntas: ¿Los asesinos nacen o se hacen?, ¿la "maldad" es innata o adquirida?...



Rhoda (Patty McCormack) es una niña de 8 años, rubísima y empachosamente repelente. Se sube la falda para saludar y toca el piano. También es una asesina fría y calculadora. 

Cuando se va de campamento en verano, un niño muere en extrañas circunstancias y su madre, Christine (Nancy Kelly) se pone sobre aviso al notar la fría reacción de la niña ante la muerte de su supuesto amigo y los rumores de que Rhoda guarda en su habitación la medalla que el niño llevaba colgada cuando lo vieron por última vez. Y es que Rhoda anhelaba tener esa medalla...

Christine empieza a atar cabos y descubre que su repelente hija es la asesina de otras personas de su entorno.




La idea no estaba mal pero "La Mala Semilla" se pierde demasiado en el drama y en la historia de la muerte del niño. Eso hubiera sido interesante si la intriga se mantuviera y no supiéramos desde el principio que la asesina es Rhoda. Pero, teniendo un tema entre las manos tan interesante como la psicopatología infantil, la película se regodea en el sufrimiento de la madre de Rhoda, Christine, y su preocupación maternal.


Con Christine sale a relucir en varias ocasiones el tema del psicoanálisis. Es hija de un famoso psicoanalista que trabaja con psicópatas y asesinos pero cree que es adoptada porque a veces tiene sueños extraños en los que se ve de pequeña con una mujer extraña que supone que es su verdadera madre. Y es que la verdadera madre de Christine y abuela biológica de Rhoda fue una famosa asesina en serie. Hete aquí la cuestión.




Que sepamos, Christine no es ninguna psicópata pero, su hija Rhoda, sí. Las dos han sido criadas por familias acomodadas en un entorno saludable, ergo, ¿la maldad viene determinada por la genética? Sobre éste tema se han hecho infinidad de estudios, al principio demasiado extremistas. Se ha dicho de todo, tanto que el carácter es cien por cien genético como que estamos determinados exclusivamente por el entorno.

Hoy sabemos que la personalidad y el carácter de las personas es una mezcla de genética y entorno, fifty fifty. Por lo cual, ninguna conducta es absolutamente definitiva.

La cuestión es que la película parece posicionarse en la opinión de que un psicópata lo es desde que nace, que lo lleva en los genes. Y, por definición, nos dicen, que no hay nada que hacer, o lo que es lo mismo, que el  que nace lechón, muere cochino. (Llevo dos años intentando colar ésta frase ) 




Christine intenta informarse sobre la psicopatología infantil en torno a los colegas de su padre, y todo lo que obtiene como respuesta es verdaderamente descorazonador: hay niños asesinos, si. Y lo seguirán siendo en el futuro. Y casi que le dicen "y si te toca, te toca." A partir de aquí se plantea el dilema moral de Christine, ¿que hacer con Rhoda, si no tiene remedio?.


Una de las cosas que más me chocó es la referencia que se hace a la Frenología, una teoría que afirmaba poder determinar el carácter, la personalidad y las posibles tendencias criminales a través de la forma del cráneo  cabeza y facciones. Hay un momento en que Christine le pregunta a un doctor: "¿Es cierto que los asesinos tienen unas facciones determinadas?" Y el doctor le responde que si. 
Me pareció increíble y totalmente desfasado que una película de 1956 afirmase una teoría de 1800...


Pero para desfasados los personajes secundarios.


La madre del niño asesinado por Rhoda (Eileen Heckart) que entra y sale de la casa de los Penmarck de forma tan intermitente como entra y sale su borrachera de su cuerpo.




El jardinero (Henry Jones) que pretende ser inquietante y se quedó en sobreactuado y ridículo.



Pero nada es comparable con el espantoso, ridículo y moralista final. Ni con esos dos minutos finales una vez terminada la película dónde nos presentan a los actores al más puro estilo "El Chavo del Ocho" y Christine le da a Rhoda unos azotes en el trasero que se hubiese cargado la película aunque ésta hubiese sido una maravilla. De vergüenza ajena, vamos. Pero nada es comparable con la vergüenza ajena de ver las fotos promocionales de la película a cargo de Patty McCormack.




...

Con lo que pudo ser...



Saludos.



miércoles, 30 de noviembre de 2011

Lo que el viento se llevó (Gone with the wind, 1939)




Es difícil hacer una entrada dedicada a esta película, ¿cómo describir algo que es ya archi-conocido por todos? páginas y páginas web contiene información de uno de los CLÁSICOS (efectivamente, con mayúscula) del cine.
Llevo mucho tiempo pensando y re-pensando esta entrada, dado su fama y categoría, quería hacer una entrada digna de tal obra de arte.
Así, desde este mi humilde espacio, paso a dar mi punto de vista de la que probablemente, sea la película más vista de la historia del cine.







Lo que el viento se llevó es más que una película, pues antes de empezar a rodar se convirtió en leyenda y con el paso del tiempo ha ocupado un lugar de preferencia, mucho más allá de críticas o modas.

Nos encontramos, pues, ante una de las más famosas películas de la historia del cine. Basada en la novela de Margaret Mitchell, y ganadora del Premio Pulitzer; su rodaje duró 125 días y supuso cambios muy importantes en la técnica cinematográfica, siendo en su día, la película más larga jamás rodada.
Este romance épico, considerado el primer prototipo de súper-producción de Hollywood, fue nominada a 13 Oscars, se alzó con 8 estatuillas doradas más tres premios honoríficos. resultó vencedora en las categorías de: Mejor película, Mejor director (Fleming), Mejor actriz principal (Vivien Leigh), Mejor actriz de reparto (Hattie McDaniel, la inolvidable y entrañable "Mami"), Mejor guión adaptado (Sidney Howard), Mejor dirección artística, Mejor fotografía y Mejor montaje; y resultó nominada en los apartados de Mejor actor principal (Clark Gable), Mejor actriz de reparto (Olivia de Havilland), Efectos visuales, BSO y Mejor sonido.
En cuanto a los galardones honoríficos, son: Irving Thalberg Memorial (para David O. Selznick), Oscar honorífico, para William Cameron Menzies, y el Technical Achievement Award, para la Selznick International Pictures y Don Musgrave.





Esta epopeya sureña cuenta la vida de sus protagonistas antes, durante y después de la Guerra de Secesión:

Sur de Estados Unidos, mediados del siglo XIX: la Guerra de Secesión está a punto de estallar y los jóvenes parecen no hablar de otra cosa. Sin embargo, la joven caprichosa y vanidosa Scarlett O'Hara (Vivien Leigh), la más bella de la región, únicamente piensa en Ashley (Leslie Howard) y en cómo conquistarlo, pero él está prometido con la dulce Melania (Olivia de Havilland).
Aunque el olor a guerra se puede notar en el ambiente, corren tiempos felices aún en Tara y en todo el viejo sur, y en una fiesta Rhett Butler, un arrogante vividor (Clark Gable) se cruza en el camino de Scarlett.
Pronto, la felicidad y deseos de los protagonistas se ve truncada ante el inminente anuncio del comienzo de la guerra y la llamada a filas de todos los hombres.





Cuando el libro se convirtió en un éxito de ventas, David O. Selznick compró los derechos de la obra (por 50.000 dólares de la época). Estaba entusiasmado con la idea de llevar la novela al cine, sin embargo la puesta en marcha del rodaje le dio más de un quebradero de cabeza, empezando porque sería tan costosa que ningún estudio estaba por la labor de hacerse cargo. En estas, Jack Hay Whitney, presidente del consejo de administración de Selznick International Pictures dio su visto bueno, a pesar de la opinión de cualquier gran estudio. No fue el peor obstáculo: hasta ¡5! directores pasaron por la silla de dirección: el primero fue George Cukor, que pronto fue despedido por las continuas peleas con Clark Gable, a continuación Víctor Fleming, que cuando se le avisó aún se encontraba en medio del rodaje de El Mago de Oz, pero tras unas semanas de rodaje cayó enfermo y tuvo que ser sustituido por Sam Wood. Debido a otros avatares, Reeves Eason y William Cameron Menzies también se pusieron al frente del film. A pesar de todo, y dado que la mayor parte del metraje corre a cargo de Víctor Fleming, él es el único que figura en los créditos.

De haberse llevado a cabo la película tal y como se tenía concebida en un principio, hubiesen sido necesarias 6 horas de película. Cuando cayó en las manos de Víctor Fleming el primer manuscrito del guión, quedó totalmente disgustado, por lo que se encerró con Ben Hecht durante cinco días en un despacho hasta que no moldeó el guión a su gusto. Sin embargo Hecht no aparece tampoco en los títulos de crédito, al igual que Jo Swerling, Oliver Garrett, Scott Fitzgerald o John Van Drutten.
El guión final quedó a cargo de la propia autora de la novela y de Sidney Howard.










Respecto al director, George Cukor estuvo dos años en la pre-producción, y al cabo de dos semanas fue despedido. Las que más sufrieron la pérdida fueron Vivien Leigh y Olivia de Havilland, que suplicaron a David O. Selznick que no le cesara: la primera, porque le ayudó a preparar y estudiar el personaje hasta el último milímetro, la segunda, porque consiguió el papel gracias a él. Eso sí, el director continuó trabajando con ellas en la sombra, ayudando a los dos actrices a pulir aún más sus personajes.




Prueba de cámara de Olivia de Havilland y Vivien Leigh.



Ríos de tinta han corrido acerca del despido de Cukor... lo cierto es que Clark Gable no tragaba al director, pero los motivos principales fueron el guión y el sueldo, según consta en una carta entre Susan Myrick y Margaret Mitchell.




Como ya he dicho más arriba, el rodaje duró 125 días, pero para la elección de la actriz principal se precisaron ¡dos años de casting! David O. Selznick parecía no encontrar la actriz que diera el perfil de Escarlata O'Hara, y fueron muchas las actrices en las que se pensó y muchas más las que hicieron las pruebas de cámara.







En un primer momento, esta fue la lista por orden de preferencia:

- Miriam Hopkins (era la favorita de la autora de la novela);
- Katharine Hepburn;
- Bette Davis;
- Joan Crawford;
- Tallullah Bankhead;
- Margaret Sullavan;
- Norma Shearer;
- Barbara Stanwyck;
- Paulette Goddard;

Otras actrices destacables son: Olivia de Havilland (en el puesto 12), Jean Arthur (en el 14), Claudette Colbert (17), Irene Dunne (18) o Helen Hayes (22).
La cuestión era que aunque las actrices quisieran participar en la película y los productores estaban de acuerdo, los estudios bajo los cuales tenían su contrato no lo pusieron fácil para cederlas (como pasó, por ejemplo, con Bette Davis), y otras disponibles, no convencieron a los productores.

Miriam Hopkins era la preferida de Margaret Mitchell pero había un pequeño problema con ella: tenía 35 años y no daba el perfil de una jovencita sureña caprichosa y egoísta. Metidos ya en diciembre del 38, sólo tres actrices resistieron los casting: Jean Arthur, Joan Bennett y Paulette Goddard, pero únicamente las dos últimas pasaron las pruebas de cámara en technicolor... se dice que varios centenares de actrices intentaron hacerse con el papel femenino más codiciado de la historia del cine.

Y justo cuando David O. estaba a punto de anunciar a bombo y platillo a Paulette Goddard, una joven Vivien Leigh se cruzó en su camino y lo tuvo claro: ninguna actriz daba el perfil de Scarlett O'Hara, ella era la única.

Myron Selznick, hermano de David, los presentó. Se reunieron por primera vez el 10 de diciembre de 1938, justo la noche en que se iban a quemar los decorados de la película King Kong para realizar la escena del incendio de Atlanta, una de las más importantes de la película, y ante las llamas, el humo y el fuego todo encajó: ella era la mejor opción.

La elección se hizo oficial el 13 de enero de 1939. Se gestaba la leyenda.





Todas estas vicisitudes para la elección del papel protagónico femenino, contrastan con la del protagonista masculino, pues desde el principio se tuvo claro: ese papel sólo podía ser interpretado por Clark Gable (aunque sonaron con fuerza rumores acerca de que Rhett Butler sería interpretado por Gary Cooper).




Respecto a Leslie Howard, contaba ya con 46 años, por lo que en un principio rechazó el papel de Ashley, pero David O. sabía que lo que ansiaba el actor era convertirse en productor, por lo que se comprometió a que le ayudaría a producir y protagonizar la película Intermezzo, junto a una jovencísima y desconocida Ingrid Bergman.




Como curiosidad, cabe aquí citar la proposición de Warner Brothers: un paquete en el que se incluía a Bette Davis, Errol Flynn y Olivia de Havilland, a cambio de los derechos de distribución.







Con todo esto, no es de extrañar que la prensa siguiera muy de cerca todos los entresijos de pre-producción y preparación de la película y ya en sí el propio rodaje cuando empezó, lo que alimentó el morbo de periodistas, críticos y público, siendo una gran estrategia de marketing (lo que no sabemos es si se hizo a posta o no) que hizo que durante dos años estuvieran en boca de todos y creara mucha espectación a lo largo y ancho de Estados Unidos.




Los dos amores de Escarlata O'Hara.



Abajo, la dulce Melita.





"Francamente querida, me importa un bledo", esta frase que le dedica Rhett Butler a Escarlata O'Hara es una de las más populares del cine, elegida por la AFI como la más memorable.
"Frankly my dear, I don't give a damn" estuvo a punto de no pasar la censura, pues la palabra "bledo" encendió a los censores. Se dice que David O. Sleznick pagó 5.000 dólares de multa a la Motion Pictures por emplearla. Pero la realidad es que el 1 de noviembre del 39, el organismo responsable del Código Hays aprobó un decreto en el que se decía que palabras como "damn" o "hell" podrían usarse siempre y cuando "su uso sea esencial y necesario para la representación, el contexto o alguna escena o diálogo basado en hechos históricos o folclóricos, (...) o una cita literaria, siempre y cuando no ofenda al buen gusto".

En España, la frase se tradujo como "Francamente querida, eso no me importa".






Lo que el viento se llevó se estrenó en Atlanta el 15 de diciembre de 1939, y con motivo de tal celebración se decretaron tres días de fiesta en la ciudad, acudiendo a la cita no solo los protagonistas y productores, también Margaret Mitchell, Carole Lombard o Laurence Olivier. Como contrapunto, los actores de raza negra no fueron invitados, quedando excluidos del evento.

Y es que diversos movimientos en pro de los derechos civiles critican la visión idílica que se da en la película de la esclavitud, viendo una idealización del viejo sur, en la que los blancos representan los valores tradicionales y la esclavitud queda justificada en gran medida.




Frases:

- "Aunque tenga que matar, engañar o robar, a Dios pongo por testigo de que jamás volveré a pasar hambre", Scarlett O'Hara.

- "¿Te has olvidado de lo que es vivir sin dinero? Me he dado cuenta de que el dinero es lo más importante del mundo y no estoy dispuesta a que me vuelva a faltar", Scarlett O'Hara.

- "Y ahora que eres tan rica, puedes mandar a todo el mundo al diablo, como siempre has querido hacer" Rhett Butler / "Pero tú eras el primero al que quería mandar al diablo" Scarlett O'Hara.

- "Hay algo que amas más que a mí, se trata de la tierra roja de Tara" Ashley a Scarlett.

- "Señor, no es usted un caballero" Scarlett / "Ni usted una dama. No se ofenda. Las damas no tienen ningún atractivo para mí" Rhett Butler.

- "Realmente, mañana será otro día" Scarlett O'Hara.







Detalles curiosos:

- Presupuesto de la película: 4'25 millones de dólares. Pero si se ajusta ello a la recaudación, resulta ser una de las películas más taquilleras de la historia, y si añadimos el merchandising, obtenemos una de la más beneficiosas.
- El papel de Bonnie Blue Butler iba a ser interpretado por Elizabeth Taylor, pero su padre no quiso.
- El ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter recordó años más tarde el estreno en Atlanta de Lo que el viento se llevó como "el mayor evento que he visto en el sur en mi vida".
- Una de las escenas más espectaculares es aquella en la que podemos ver a los combatientes tendidos en el suelo tras la batalla. Para ello se emplearon extras y muñecos vestidos con los uniformes para dar esa sensación de vida y muerte. Poco a poco, la cámara va abriendo el plano para terminar enfocando la bandera sureña y los soldados agonizando bajo sus pies.





Hasta la próxima entrada corazones.

martes, 22 de noviembre de 2011

Charles Chaplin (3ª Parte. El Nacimiento de Charlot)

1ª Parte: Charles Chaplin. El Teatro.
2ª Parte: Llegada a Hollywood.


En la segunda parte dejamos a Chaplin situado en su nueva compañía cinematográfica, la Essanay. Allí descubrirá y moldeará al personaje más universal de la historia: Charlot, el vagabundo, el tramp.


Chaplin, acostumbrado a hacer gags cómicos, intenta desviarse por el camino del drama en su primera película para la Essanay, "La Vida". 

Y poco a poco va formando el mundo que rodeará a Charlot, como los personajes que le rodearán durante tantas películas. Los "básicos": la chica de la que se enamora el vagabundo, su amor platónico; el hombre grande, su rival; el hombre más pequeño que él, con el que Charlot de vez en cuando se desquitará dándole alguna que otra patada en el trasero.



Arriba: Chaplin y Edna Purviance, "la chica" de sus películas desde la segunda, "Charlot Trasnochador", hasta "Una Mujer en París". (Cuando Edna Purviance dejó de trabajar Chaplin le pasó una pensión hasta su muerte, aunque su esposa fuese otra, durante 33 años)


Las películas de Chaplin llegan a una Europa devastada por la guerra. Sus películas se convierten en momentos de evasión para los soldados y en momentos de ilusión para unos europeos cansados y aturdidos por una guerra que nunca acaba. Europa quiere reir, y esa risa se llama Charlot. Más allá de la risa, los intelectuales lo descubren y lo proclaman, principalmente los franceses. 


Mientras, en la industria del cine, la muerte del trust marcaba un antes y un después. 

En la primera década del siglo XX, Edison patentó gran cantidad de dispositivos cinematográficos. Pretendía hacerse con el monopolio del cine. Pleiteaba con las productoras que intentaban hacer películas con sus patentes. De ésta forma, Edison produjo una unión de empresas llamada Trust (entre las que encontraba la Essanay) que pretendía el monopolio por encima de las compañías independientes y poseía todas las patentes americanas y europeas. 

Sus patentes fueron anuladas en 1915 por la Corte Federal. Esta libertad recién adquirida estalló en una competencia sin límite. 


Al finalizar su contrato con Essanay, Chaplin empezó a considerar otras ofertas. Por eso, hace un viaje con su hermano, Sidney, hacia Nueva York, para negociar su posible contrato con Spoor. El viaje en tren dura cinco días. 
Al llegar a Texas, Chaplin, que está afeitándose en el lavabo, escucha una multitud excitada con banderas, puestos de refrescos... Piensa que toda esa gente se ha reunido allí para recibir a alguna personalidad importante. Cuando se asoma a la ventanilla, aún con la espuma en la cara, el gentío lo reconoce y empieza a gritar su nombre. Él es la personalidad importante.
Los telegrafistas habían comunicado el viaje de estación en estación y la prensa publicó la noticia. Tiene que dar un discurso inesperado, con la ropa a medio abrochar y el jabón aún en la cara, junto al alcalde de la ciudad. 
Su hermano mayor Sidney, su "representante" y mejor amigo durante toda su vida, sabe como aprovechar todo aquel espectáculo inesperado que se encontraron en Texas y consigue para su hermano 670.000 dólares al año con la Mutual Company, mucho más de lo que percibía la, por aquel entonces, "novia de América", Mary Pickford. 
Tenía 27 años y llevaba 2 en el cine.


Arriba: Charles y su hermano Syd. "Si mi hermano no hubiese regresado a Londres me hubiera convertido en un ladrón. Quizás estaría enterrado en una fosa común" Charles Chaplin.


Las películas que realiza en la Mutual son algo diferente. Chaplin trabaja sin tregua (una vez llegó a trabajar durante 100 horas seguidas, cuatro noches sin dormir) por conseguir la perfección. 

Realizó doce películas para la Mutual. A la compañía le costaban 1.200.000 dólares, las distribuidoras pagaban por ellas 5.000.000 y las salas ingresaban 25.000.000 hasta 1925. Haced las cuentas de los beneficios que han podido dar las películas de Chaplin de ahí en adelante.

En 1917, la Mutual y la First National le ofrecen a Chaplin un millón doscientos mil dólares por hacerse con el mayor astro del cine, él. Sidney Chaplin se decide por la First National.


El 21 de enero de 1918, Chaplin inaugura su propio estudio.

Aparte de su gran éxito, la cara amarga de la moneda le llega en forma de cartas amenazadoras preguntándole porqué no está en el campo de batalla. En realidad, Chaplin ya ha preguntado a la Embajada británica en Washington que debe hacer en la guerra y se le contesta que seguir haciendo sus películas. (En su época ya fue considerado no apto para el servicio militar por falta de peso: 52 kilos.)


Como tantas y tantas otras personalidades y estrellas del mundo del cine, Chaplin también vendió bonos de guerra y dio giras para venderlos. También pone su arte al servicio de la causa y realiza su película "Armas al hombro"



Durante éstas giras por la causa bélica, Chaplin recibe una sugestiva proposición que se materializará, en 1919, en su propia productora junto a las otras mayores estrellas del momento: Mary Pickford, Douglas Fairbanks y David W. Griffith. Se crea la United Artists.



En 1920, realiza la que será su primera película larga, "El Chico". (Para no repetirme, os dejo el enlace a aquella entrada que hicimos, dedicada al cine mudo, donde hablamos de Nosferatu y de "El Chico".)

Es un año agridulce, el de 1920, marcado por el éxito de su arte y el desastre de su vida personal, causado por la pérdida de su primer hijo a los pocos días de nacer y el divorcio de su mujer, Mildred Harris y los intentos despechados y sucios de ésta por hundir a Chaplin. Detalles con los que no merece la pena ensuciar el arte de Chaplin.


Chaplin inicia un viaje por Europa con el pretexto de asistir a los estrenos de "El Chico" en Londres y París. Su hermano Syd le despide en el tren y le grita a sus amigos "Por amor de Dios, no permitáis que se case." 


De vuelta a Hollywood termina su siguiente película, "Día de Paga" y después de ésta, "El Peregrino" finiquitando así su contrato con la First National. Entre tanto, es inevitable mencionar los constantes escándalos en que se ve inmiscuido a través de algunas de sus conquistas como, por ejemplo, el "auto rapto" de una de sus novias, Claire Windsor, en el que Chaplin no tuvo nada que ver pero que, indudablemente, por ser quien era, le acabó salpicando.

Otros casos, mucho más dramáticos, como los de la violación y muerte de la actriz Virginia Rappe, con una botella, a manos del actor Roscoe Arbuckle "Fatty" hacen que la prensa del país y las asociaciones puritanistas empiecen a llamar a Hollywood "la nueva Babilonia". El asunto llegó a tal extremo que en 1922 se constituye la Motion Picture Producers and Distributions, al frente de la cual se puso Will Hays. No sólo se redactó un codigo ético con una serie de prohibiciones de situaciones "improcedentes" en las películas sino que se hizo un barrido de las estrellas cuya vida personal no merecía la aprobación de Hays.

Chaplin, haciendo caso omiso de las amenazas y de los consejos va trazando su primera producción para la United Artists, la "Producción Número 1". "Creo que será la obra más importante de mi carrera. Y nadie más que yo mismo puede comprender hasta que punto soy revolucionario al adoptar éstos métodos". dice Chaplin.



En la parte número 4: Charles Chaplin. Una Mujer en París.


Sed felices.