Gente Maja

martes, 4 de diciembre de 2012

Charles Chaplin. (5ª Parte. La Quimera del Oro)





Tan solo dos meses después de terminar el rodaje de Una Mujer de París, Chaplin mandó construir los decorados y registró el guión de La Quimera del Oro.

La inspiración para hacer esta película le vino por casualidad, cuando su socia Mary Pickford le enseñaba un estereoscopio de la gran fiebre del oro de Klondike.



Los estereoscopios, a través de dos lentes, crean una ilusión óptica que hace que podamos ver tridimensional una foto bidimensional. No entiendo absolutamente nada de estos cacharros y lo más parecido que me viene a la cabeza es una pequeña máquina de juguete, con forma de cámara fotográfica, que iba pasando fotografías que veíamos en 3D y que mi abuela tenía en su casa con fotos de paisajes de Segovia; y que si habéis nacido en los 80, como yo, sabréis de lo que os hablo.


Douglas Fairbanks, el marido de Mary Pickford, coleccionaba imágenes para ver en estereoscopio; entre ellas, las de los buscadores de oro de la gran fiebre del oro de Klondike, como ya dije antes.




En 1896, un grupo de pescadores de salmones descubrió depósitos aluvionales de oro en uno de los arroyos del río Klondike, en el noroeste de Canadá en la frontera con Alaska. La noticia correría como la pólvora y en 1897 llegó a Estados Unidos en la cumbre de un importante periodo de recesión económica y quiebras bancarias.

Pronto empezaron a llegar grupos de personas de todas partes del mundo en busca de oro. Tanto es así que en 1898 la población de Klondike había llegado a los cuarenta mil habitantes y la situación amenazaba con una gran hambruna en la región.


Entre aquellos que perecieron en la búsqueda del oro, fue famosa la historia del grupo Donner; una expedición capitaneada por George Donner en 1846 que se perdió en Sierra Nevada (California) y que tuvieron que recurrir a comerse sus propios zapatos y, más tarde, al canibalismo.

Entre los filmes por estereoscopio y un libro sobre la tragedia del grupo Donner, Chaplin encontró la inspiración en la tragedia para crear su nueva película cómica.


Fue la única comedia muda que Chaplin rodó con el guión preparado y se podría decir que La Quimera del Oro es su película más elaborada.

Tanto él como su equipo pasaron dos semanas en Truckee (Sierra Nevada) recreando las imágenes históricas de los buscadores de oro cruzando el paso Chilkoot. Fueron necesarios seiscientos extras, en su gran mayoría mendigos, que llegaban en tren desde Sacramento.




Cuando todo estaba listo y Chaplin se metió dentro de Charlot para empezar a rodar, todos aquellos extras, todos aquellos mendigos, ovacionaron y aplaudieron al mendigo del cine por excelencia.




Tras una película donde no aparecía Charlot, Chaplin rescató al hombrecillo para enviarlo en busca de fortuna. La búsqueda de la fortuna, la columna vertebral de esta película, es uno de los temas y sentimientos universales que Chaplin tocó con sus películas y que el ser humano lleva buscando toda su vida. Desde entonces, el tema de la búsqueda de fortuna en el cine ha sido, y sigue siendo, explotado infinidad de veces; pero nadie ha sabido hacerlo como el genio de Chaplin.


Hacernos reír con la tragedia era uno de sus dones. Charlot ha entrado con ésta película en la cima de lo trágico puro. Los resortes cómicos dejan de ser algo concreto en las películas de Chaplin para pasar a ser algo abstracto. Sus enemigos de siempre ya no sólo tienen  fuerza individualizada (el gigante, el matón, la patada en el trasero), sino que son expresiones de algo superior; sentimientos universales (el hambre, la búsqueda de la fortuna, el amor y el desamor...)

En esta película, por ejemplo, podemos encontrar tres grandes temas: la penosa búsqueda de la fortuna, el hambre y el desengaño amoroso. El hambre como tema cómico es una contradicción en sí misma, pero ahí está Charlot; cocinando su zapato como si de un experto chef cocinando un plato exquisito se tratara. Los cordones se convierten en tallarines y los clavos en espinas de pescado. Y la tragedia se convierte en risa.




Para el tema del desengaño amoroso, la actriz elegida fue Lita Grey.

Grey ya había hecho un cameo a los doce años en El Chico en 1921. Fue el ángel del sueño del vagabundo. Cuatro años después, se presentó en el set de La Quimera del Oro con una amiga casi exigiendo realizar una prueba para la película. Convenció a Chaplin, aunque no al resto del equipo, y consiguió el papel de Georgia.




El escándalo no tardaría en llegar. Una noche, Chaplin preparó una fiesta para los amigos del equipo de La Quimera del Oro. Lita Grey y su madre, fueron invitadas. Cuando llegó la hora de irse, la madre de Grey acusó un terrible dolor de cabeza. El resultado de aquella noche fue el embarazo de Lita Grey. El padre era Chaplin. Pronto apareció un tio de Grey, abogado, que le recordó a Chaplin, porque debería casarse con Lita.

De esta forma, Chaplin vivió la mejor experiencia profesional y la peor experiencia personal de su vida. El escándalo estaba en marcha. La opinión pública a la que criticó en su anterior película, Una Mujer de París, se había puesto en marcha. Se hizo un acoso y derribo de su persona; el primero, pero no el último de su vida.

Pronto se organizó todo: la boda en Méjico entre Chaplin y Lita Grey y la sustitución de ésta última en La Quimera del Oro.

En mayo de 1925 nacería su segundo hijo, (el primero murió poco tiempo después de nacer) Charles Chaplin. Un año después nacería otro, Sidney.




Su sustituta fue la encantadora Georgia Hale.



"Interpretaba nuestro papel; lo llevaba dentro de sí. Nos lo enseñaba actuando. Interpretaba la escena para nosotros hasta el más mínimo guiño de ojos. Sentía las cosas y nos las transmitía. Nos la insuflaba de modo que no pudiéramos sino realizar un estupenda actuación" (Georgia Hale)


El papel de secundario corre a cargo de Mack Swain; actor cuya carrera se había estancado allá por 1915 hasta que Chaplin lo rescató en 1921 ofreciéndole papeles secundarios.

En 1925 le dio un papel importante en La Quimera del Oro interpretando a Big Jim.




La Quimera del Oro es la película más elaborada de Chaplin. Tras dos semanas en Truckee para recrear el paso de Chilkoot, volvieron al estudio para recrear la sórdida Alaska en la soleada California. Se construyó una montaña realista en miniatura de setenta y cinco kilómetros de largo a base de materiales básicos, como por ejemplo, el yeso.

Para la cabaña y la famosa secuencia del precipicio se hizo un modelo reducido. Procuró pasar de la maqueta a la cabaña real sin cambiar el ritmo. Gracias a la sincronización y la habilidad de los técnicos las transiciones son imperceptibles. (Recordad en este punto que estamos hablando de 1925)




Mientras, el matrimonio con Lita Grey resultó desastroso. Chaplin, especialmente reservado en lo tocante a su vida privada vio como algo tan personal como su acta de divorcio se publicaba en los periódicos con detalles explícitos de su vida sexual donde se le llamaba "depravado" y otras lindezas.

Tras asegurarse una indecente cantidad de dinero del divorcio con Chaplin, Lita Grey se volvió a casar y divorciar hasta tres veces más, puliéndose y malgastando todas y cada una de las pensiones alimenticias. Gracias a una intervención legal de Chaplin, no pudo tocar el dinero de sus dos hijos. 

Con el tiempo se le diagnosticó manía persecutoria y llego a ingresar en un sanatorio mental; momento en el cual los hijos de Chaplin se instalan con su padre y la pareja de entonces de éste, la actriz Paulette Goddard; la cual fue descrita, tanto por Charles como por Sidney, como la mujer más dulce y maravillosa del mundo.

Lita Grey, anclada en el pasado y en los años de fama que vivió a base de intentar hundir a Charles Chaplin, nunca recuperó la cordura.


Charles, Charles y Sidney Chaplin

En sus memorias, en 1965, Chaplin escribió al respecto:

"Durante el rodaje de La Quimera del Oro me casé por segunda vez. Como tenemos dos hijos mayores a los que quiero mucho no entraré en detalles. Estuvimos casados dos años e intentamos mantener a flote nuestra unión; pero era imposible y terminó en medio de gran amargura."


La respuesta de Lita Grey fueron unas memorias donde volvía a contar los secretos de cama más íntimos.




Una pena que una película tan grande se viera ensombrecida por una petarda tan idem.

Tras mucho esfuerzo y después de quince meses, La Quimera del Oro se estrenó en el Grauman Egyptian Theatre de Los Ángeles.

Al contrario de lo que pasó con su anterior película, Una Mujer de París, La Quimera del Oro fue un triunfo mundial. En algunos cines incluso se pedían bises de la película completa o de alguna secuencia en particular; como la escena del baile de los panecillos.




En 1942, diecisiete años después de su estreno, Chaplin reeditó La Quimera del Oro; compuso música y sustituyó los carteles por su propia voz narrando los acontecimientos de la película. Siempre estuvo muy orgulloso de esta película y declaró que era por la que le gustaría ser recordado. 


Pero nosotros y nosotras vamos a recordarlo por todas y cada una de ellas. La Quimera del Oro, y las que vendrían después: El Circo y Luces de la Ciudad forman un ciclo; un grupo con caracteres propios. El porqué, ya lo iremos descifrando. 

En la próxima, Charles Chaplin. Sexta parte: El Circo.


Saludos y abrazos.